El carlino más viejo del mundo es un pug llamado «Snookie», que vivió hasta la impresionante edad de 27 años. Snookie nació en 1989 y falleció en 2016, dejando un legado como el perro pug más longevo registrado. Su longevidad es un testimonio de los cuidados y atención adecuados que recibió a lo largo de su vida.
El secreto detrás de la longevidad de Snookie fue una combinación de cuidados veterinarios regulares, una dieta equilibrada y nutritiva y mucho ejercicio y estimulación mental. Los pugs, al igual que otras razas de perros ancianos, necesitan mantenerse activos tanto física como mentalmente para mantener su salud y bienestar en la vejez.
Además de los cuidados básicos, Snookie también recibió atención especializada para perros ancianos. Esto incluyó visitas más frecuentes al veterinario, exámenes de salud más detallados y ajustes en su dieta y medicación para adaptarse a las necesidades cambiantes de su cuerpo a medida que envejecía.
La historia de Snookie nos enseña que, con los cuidados adecuados y mucho amor y atención, los perros pug pueden vivir una vida larga y saludable. Es importante recordar que cada perro es único y puede tener diferentes necesidades y requerimientos en la vejez, por lo que es fundamental consultar con un veterinario para desarrollar un plan de cuidados personalizado para tu perro pug anciano.